Causas, riesgos y prevención del estrés articular en odontólogos
Las largas jornadas de trabajo y los movimientos repetitivos son uno de los principales factores de la fatiga muscular, que con el paso del tiempo pueden derivar en problemas físicos más severos como es el estrés articular, dolencia bastante común entre los profesionales de la odontología debido al importante componente físico que tiene el trabajo del dentista, aunque muchos de ellos no achaquen estos problemas a su labor ocupacional.
Para prevenirlo y saber cómo tratar correctamente esta dolencia, es fundamental identificar cuáles son sus síntomas y los factores principales que la causan.
Entre los síntomas más frecuentes del estrés articular se encuentra el crujido de las articulaciones que provoca el rozamiento entre los huesos. Este rozamiento hace que, poco a poco, el cartílago se desgaste y aparezcan molestias más severas y dolores articulares, molestias que si no se tratan a tiempo podrían agravarse causando, además, falta de movilidad, inflamación articular e incluso derivar en artrosis prematura.
Aunque la aparición de patologías como la artrosis o el estrés articular tienen un importante carácter genético, también existen factores externos que pueden acelerar estos problemas.
En el caso concreto de los odontólogos, su trabajo reiterativo y de movimientos repetitivos les provoca una tensión constante y una importante sobrecarga muscular. Esto, junto con la adopción de malas posturas y la realización de malos movimientos a lo largo de años de práctica profesional, termina causando el deterioro de la musculatura y los huesos, pudiendo provocar lesiones.
Para prevenir el estrés articular es fundamental realizar descansos y estiramientos durante la jornada laboral.
Si esto resulta muy complicado debido al alto volumen de trabajo y pacientes, es recomendable utilizar durante el trabajo materiales de apoyo como muñequeras, que ayudarán a mantener una mejor sujeción muscular y una postura correcta de las articulaciones.
El uso de pomadas calmantes, si ya hubiera aparecido el dolor, también puede ser una solución a corto plazo, pero en estos casos sería necesario una evaluación profesional para comprobar la gravedad de la dolencia.
La práctica de deporte y el fortalecimiento de la musculatura implicada en el trabajo del odontólogo también son muy recomendables como métodos de prevención.