La depresión influye en la salud bucal de los pacientes y aumenta la posibilidad de padecer problemas periodontales, maxilofaciales o caries entre otros problemas bucales
Todo nuestro cuerpo se encuentra interconectado lo que implica que cualquier pequeño problema en una parte puede llegar a afectar a otras y convertirse en un problema más grave. La depresión es un claro ejemplo de cómo un problema puede llegar a afectar a todo el cuerpo.
En concreto, la depresión puede derivar en diferentes problemas bucodentales, como recoge el boletín de Consejos de tu Dentista publicado por el Consejo General de Dentistas. Según los datos del boletín, el 61% de las personas que padecen depresión sufren dolores dentales y el 50% afirma que no mantiene una buena salud bucodental.
La razón se encuentra en el aumento de los niveles sanguíneos de cortisol que provoca la depresión que puede afectar a la articulación de la mandíbula y derivar en bruxismo, entre otros problemas temporomandibulares.
Además, los antidepresivos reducen la salivación lo que favorece la aparición de caries e incrementa las posibilidades de padecer una enfermedad periodontal.
A todo ello se une el riesgo de contraer malos hábitos alimenticios, así como caer en el consumo de tabaco, problemas que afectan también en gran medida a la higiene y la salud dental.