Los mayas utilizaban infusiones para sangrados y caries y piedras preciosas en los dientes
La civilización maya es bien conocida por sus grandes conocimientos y logros en disciplinas como la astronomía, las matemáticas y la arquitectura, aunque también destacaron en otros ámbitos como la medicina, en concreto en la rama de la odontología.
Los mayas ya tenían buenas costumbres dentales como la de lavarse los dientes después de cada comida. Pero su dieta basada prácticamente en carbohidratos carecía de alimentos ricos en proteínas y vitamina C. Esto provocó que gran parte de su población padeciera en muchas ocasiones de periodontitis.
Estos problemas dentales infundieron en los mayas el interés por el cuidado de los dientes, así que empezaron a practicar diferentes técnicas “odontológicas” para mantener una buena higiene dental. Aunque hay que decir que a veces su intención iba más ligada a cuestiones religiosas y estéticas que sanitarias. Un aspecto que tenía mucho que ver con el orden jerárquico establecido en su sociedad.
Tal fue su interés, que desarrollaron una gran habilidad para embellecer los dientes con prácticas como la incrustación de piedras preciosas o la limadura de los dientes.
En el caso de las incrustaciones, lo Mayas realizaban pequeñas perforaciones empleando cuarzo, un material suficientemente duro y abrasivo como para realizar una cavidad en el diente, donde luego colocaban piedras de materiales como el jade, amatista, hematita, turquesa, y otros minerales preciosos.
Finalmente fijaban la incrustación con un cemento a base de fosfato de calcio, aunque el tallaje de las piedras y los dientes era tan preciso que este pegamento no era tan fundamental.
Por otra parte, para limar los dientes utilizaban piedras y agua con el objetivo de desgastar los incisivos superiores y que quedarán con forma de sierra, algo que ellos entendían como un símbolo de belleza.
Además del ámbito estético, utilizaban sus conocimientos para paliar las enfermedades dentales con el uso de plantas medicinales. Así cuidaban la higiene de su boca o trataban afecciones en las encías o dientes utilizando infusiones de corteza de árbol o raíz de maak, con el fin de controlar el sangrado de las encías y úlceras bucales o la leche de tallo de laal para el dolor de las caries.
Con estas evidencias queda claro que los Mayas eran grandes “odontólogos” de la época, aunque sus prácticas fueran algo rudimentarias y quizá, a veces, no tan buena para los dientes como era de esperase. Aun así, sus conocimientos sobre la anatomía bucal y su preocupación por la higiene dental les ha consagrado como un pueblo muy avanzado para su época en términos odontológicos.