Varios investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur han demostrado, en un estudio apoyado por el NIDCR y publicado en Laboratory Investigation, que ciertas bacterias intestinales pueden desencadenar una respuesta inmunitaria que, de forma similar al efecto producido por la periodontitis, derive en la pérdida del hueso alveolar.
Para que nuestra microbiota oral se mantenga sana, debe existir un equilibrio muy específico entre las bacterias perjudiciales y las benignas que la conforman; es cuando este equilibrio se altera cuando surgen infecciones orales inflamatorias como la periodontitis.
Este estudio demuestra, no obstante, que los microbios de nuestra boca no son los únicos culpables de la pérdida ósea alveolar: al parecer, los alojados en el intestino tendrían su propio papel en la salud bucodental.
Cómo influyen las bacterias intestinales en nuestra microbiota oral
En base a lo revelado por este estudio, las bacterias intestinales activan células inmunitarias que, a su vez, liberan una serie de moléculas que son las responsables de provocar la pérdida de hueso alveolar. «Los cambios en la microbiota oral pueden provocar las respuestas inmunitarias inflamatorias que causan la destrucción del hueso», dice Chad Novince, autor principal del estudio, «pero nadie se había preguntado si las bacterias intestinales comensales podrían tener también un impacto en la salud del hueso alveolar».
Para llegar a esa conclusión, el equipo se centró en un tipo concreto de microbio intestinal llamado bacteria filamentosa segmentada (BFS), una bacteria con forma de hilo que suele estar adherida a las paredes intestinales de los animales y los seres humanos, pero no a la boca.
Los investigadores introdujeron esta bacteria en los intestinos de ratones jóvenes cuyos cuerpos estaban libres de microorganismos para determinar sus efectos. Tras seis semanas, los ratones presentaban células inmunitarias sobreactivadas, células responsables de degradar el hueso en la médula ósea alveolar y pérdida de hueso alrededor de los dientes.
Las conclusiones del estudio
Al parecer, el BFS libera una gran cantidad de moléculas inmunitarias en el intestino, que al entrar en el organismo, producen una respuesta inmunitaria en la médula ósea, incluida la alveolar. Esto, a su vez, libera una molécula inmunitaria denominada «factor de necrosis tumoral», que interrumpe la comunicación regular entre las células generadoras y degradadoras de hueso en la médula ósea alveolar, lo cual deriva en la pérdida de hueso.
«Nuestro estudio es uno de los primeros en empezar definir los mecanismos de la microbiota intestinal en la modulación de la inmunidad sistémica y de zonas distantes del esqueleto, incluidos el hueso alveolar o la mandíbula», señala Novince.
Las conclusiones de la investigación pueden ayudar a explicar por qué algunos pacientes con afecciones intestinales inflamatorias (como la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable) en los que prosperan organismos como el BFS desarrollan una pérdida ósea relacionada con la enfermedad periodontal. «Los resultados que hemos obtenido apoyan la idea de una correlación entre la salud periodontal y las condiciones inflamatorias del intestino», dice Jessica Hathaway-Schrader, coautora del estudio, «y demuestran que el microbioma intestinal juega un papel en el estado de la salud oral», añade.
Como próximo objetivo, Novince y su equipo se han propuesto determinar cómo otras poblaciones microbianas de diversas partes del cuerpo podrían provocar cambios en el hueso alveolar, para lo cual primero deben comprender cómo los microbios, el sistema inmunitario y el sistema óseo interactúan entre sí a la hora de influir en ese equilibrio entre salud y enfermedad.