Varios científicos han descubierto el secreto dental de una aristócrata francesa del siglo XVII 400 años después de su muerte
Anne d’Alègre, hija de Christophe I d’Alègre, marqués de Alègre, y de Antoinette du Prat, fue una aristócrata francesa que murió en 1619 a los 54 años… con la gran mayoría de sus piezas dentales intactas.
Al estudiar sus restos, investigadores del Institut National de Recherches Archéologiques Préventives vieron que esto se debía a una prótesis dental que había logrado frenar la caída de unos dientes que ya habían empezado a desprenderse como resultado de tormentosas experiencias vitales.
La tumultuosa vida de Anne d’Alègre
D’Alègre vivió una época turbulenta de la historia francesa: era hugonote, grupo de protestantes que lucharon contra los católicos en las Guerras de religión francesas a finales del siglo XVI, y por si eso fuese poco, tuvo que enfrentarse a las habladurías de una sociedad que la juzgó por ser viuda por partida doble.
Perder a dos maridos y un hijo en un contexto marcado por la guerra y la persecución tuvo sus consecuencias en la salud de Anne d’Alègre, que perdió varios dientes, según este estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Report, a raíz de una enfermedad periodontal.
Sus dientes evidencian que no tuvo una vida fácil y fue sometida a mucho estrés.
Este tipo de dolencias no eran comunes de la élite francesa, por lo que la aristócrata tuvo que buscar la manera de evitar esta pérdida dental progresiva: el secreto odontológico de d’Alègre para mantener los dientes en su sitio era utilizar alambre de oro y entretejerlo alrededor de cada diente para fijarlos.
Además del alambre de oro, los investigadores vieron que la prótesis también incluía un peculiar diente artificial fabricado con el marfil de un elefante (y no de hipopótamo, que era lo más común en esa época), toda una declaración de intenciones, ya que con ella destacaba su estatus por encima de los rumores.
Los investigadores afirman, no obstante, que el alambre podría haber empeorado su situación: «Para que el alambre de oro fuera eficaz, habría tenido que apretarse con regularidad, desestabilizando poco a poco los dientes que lo rodeaban y causando mucho dolor», añade Colleter.
Es probable que d’Alègre aceptase el dolor como vía para alcanzar un fin mayor, y no solo por razones médicas: en esa época, las mujeres de la aristocracia estaban sometidas a una enorme presión, y su apariencia estaba directamente relacionada con su valor y el espacio que ocupaban en la sociedad.
Una sonrisa bonita tenía que ser especialmente importante para alguien como d’Alègre, una controvertida mujer de la alta sociedad, viuda por partida doble y que no gozaba de una buena reputación.
Más allá de la historia de Anne d’Alègre, este estudio muestra la importancia de la salud bucodental y cómo esta influye en el resto de nuestro organismo: cuidar de nuestros dientes es cuidar, también, de nuestra salud general.