La influencia de las enfermedades bucodentales en la salud general y sistémica se ha tomado como base en numerosos estudios e investigaciones que se han encargado de corroborarla a la hora de mantener un organismo sano.
Podría parecer obvio que mantener una salud bucodental óptima es esencial de cara a que el resto de nuestro organismo funcione correctamente, y es que, cuando algo va mal en nuestra salud, es inevitable que esto se extienda a otras partes de nuestro organismo.
En el caso de la salud bucodental, esto cobra especial relevancia, ya que es una de las principales vías de entrada de infecciones a nuestro organismo, las cuales debilitan nuestras defensas e incrementan la posibilidad de otros contagios.
Salud bucal y el riesgo de infecciones generales
Tener buena salud implica un equilibrio entre el estado general de nuestro organismo y factores externos (medioambiente, estilo de vida…), razonamiento que se aplica de la misma forma a la salud bucal, que contempla tanto factores biológicos como externos (hábitos, higiene, alimentación…).
No obstante, esa relación entre salud bucal y un organismo sano no comenzó a investigarse hasta los 90, coincidiendo con el descubrimiento de que la periodontitis es el resultado de una interacción compleja entre las bacterias orales y las respuestas inmunes innatas y adaptativas. Se descubrió también que la infección periodontal podía extenderse más allá de la boca.
La evolución de la periodontitis y su influencia en un organismo sano
En una cavidad bucal sana, las bacterias viven en homeostasis y se acumulan en biopelículas dentales (placa) por toda la boca. Es cuando se pierde esa homeostasis cuando surge el problema: cuanta más placa se acumula, más factible es que se filtre por debajo de la línea de las encías, donde se desarrollan bacterias patógenas que eliminan citotoxinas, proteasas y moléculas estructurales, lo cual provoca la respuesta inmunitaria.
Al eliminar la placa, eliminamos esa respuesta inmunitaria, pero si el individuo es susceptible a la periodontitis, ya sea por factores internos (genética) como externos (mala alimentación, hábito fumador), la inflamación puede volverse crónica y desembocar en úlceras que deriven en el desarrollo de patógenos y, más tarde, en la desaparición del hueso y pérdida de las piezas dentales.
Si nos quedamos en la inflamación bucal, pueden aumentar los mediadores proinflamatorios en otras partes del cuerpo. Si pasamos a úlcera, se abre una vía de acceso de las bacterias orales al torrente sanguíneo, contribuyendo así a provocar enfermedades sistémicas.
¿En qué afecciones sistémicas influye la periodontitis?
La Academia Estadounidense de Periodoncia (AAP) y la Federación Europea de Periodoncia (EFP) reunieron a más de 70 investigadores referentes en el campo dental para investigar esa conexión entre la periodontitis y varias enfermedades: las cardiovasculares, la diabetes y los resultados adversos en el embarazo.
En el estudio se encontraron evidentes asociaciones, secundadas por los resultados obtenidos en investigaciones posteriores, confirmando que, en mayor o menor medida, hay una relación directa entre las enfermedades periodontales y las afecciones sistémicas. Por tanto, cuidar de las encías tiene un impacto directo en tener un organismo sano.
Así pues, ¿en qué enfermedades sistémicas influye una salud bucodental deficiente?
Diabetes
De todas las posibles afecciones sistémicas que se están estudiando en relación con enfermedades periodontales, la conexión más evidente se ha visto en la diabetes: las personas con diabetes tienen una incidencia mayor de gingivitis, periodontitis y caries, así como un 50 % más de riesgo de perder piezas dentales, y viceversa: la periodontitis severa se asocia con un control glucémico deficiente.
A lo largo de los últimos años, se han publicado varios estudios que esclarecen la relación entre ambas enfermedades, hasta el punto de haber convertido la salud bucodental en uno de los puntos clave en las revisiones de los pacientes con diabetes.
Enfermedad pulmonar
Una reciente investigación de la Universidad de Bergen, y que forma parte del proyecto BRuSH, trató de determinar si el deterioro de la salud dental afecta a la actividad pulmonar, así como descubrir cuál es el papel de la saliva en la prevención de este tipo de enfermedades.
Para ello se centraron en la relación de las bacterias que provocan la periodontitis con el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La Dra. Randi Bertelsen, directora del estudio, partió de la hipótesis de que las bacterias del microbioma oral tienen un efecto negativo en las vías respiratorias. «La mayoría de las enfermedades pulmonares se caracterizan por la inflamación y el exceso de mucosidad; esto hace que respirar se vuelva muy complicado», añade.
La inflamación la causan las bacterias gramnegativas, y en el caso de la periodontitis, algunas de las bacterias responsables de causar la inflamación producen lípido A, un compuesto que se presenta en varias formas químicas, siendo una de ellas especialmente potente para causar la inflamación atribuida a las bacterias gramnegativas.
Enfermedad renal crónica
En un estudio con más de 700 pacientes con enfermedad renal crónica se mostró también una clara relación causal de esta enfermedad con la periodontitis: en los resultados se vio que un aumento del 10 % en la inflamación periodontal resultó en una disminución del 3 % en la función renal, mientras que una disminución del 10 % en la función renal resultó en un aumento del 25 % en la inflamación periodontal.
Otros estudios que sacaron a relucir esta relación fueron el publicado por la revista Journal of Clinical Periodontology y otro de la Universidad de California en San Francisco, EEUU, que demostró que los pacientes con periodontitis tenían el doble de posibilidades de padecer ERC.
Podemos afirmar, por tanto, que la enfermedad periodontal es un factor de riesgo, aunque modificable, de la enfermedad renal crónica, ya que contribuye al deterioro de la función renal a largo plazo.
La periodontitis y las enfermedades cardiovasculares
Múltiples estudios han asociado la enfermedad periodontal con una mayor predisposición a padecer hipertensión arterial.
Esta asociación nace de la posibilidad de que las bacterias producidas por la periodontitis se filtren en el torrente sanguíneo hasta llegar al corazón, produciendo una respuesta hiperinflamatoria.
Por sí sola, la placa bacteriana no implica un riesgo, por lo que no puede concluirse que exista una relación probada entre periodontitis y enfermedades cardiovasculares. No obstante, si la periodontitis no está controlada, sí está comprobado que el riesgo aumenta, razón por la que los estudios más recientes sugieren emplear marcadores de inflamación para ayudar a identificar pacientes susceptibles de sufrir un episodio cardiovascular.
Periodontitis y el resultado adverso en el embarazo
La relación entre la periodontitis y los resultados negativos del embarazo se ha probado en varios estudios. Uno de ellos fue el realizado por la Universidad de Sídney, que se propuso comprobar si la inflamación gingival puede vincularse con ellos al mismo nivel que con la periodontitis.
Uno de los autores, el profesor Joerg Eberhard, advierte que la gingivitis «libera marcadores inflamatorios y bacterias al torrente sanguíneo sistémico que pueden llegar a la placenta e inducir malos resultados en el embarazo, como el parto prematuro».
Durante el estudio, 1.031 mujeres en diferentes estadios de gestación se sometieron a tres ensayos aleatorios controlados de tratamiento de gingivitis.
Los resultados aportan las pruebas suficientes para afirmar que tratar a mujeres embarazadas contra la gingivitis reduce el riesgo de parto prematuro (aproximadamente en un 50 %) e incrementa el peso del recién nacido (con unos 100 gramos de diferencia).
Enfermedades intestinales y salud bucodental
Las conclusiones del estudio “Enfermedad periodontal, pérdida de dientes y riesgo de adenocarcinoma esofágico y gástrico: un estudio prospectivo”, firmado por el investigador Mingyang Song, epidemiólogo y gastroenterólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, señala la relación entre el cáncer de estómago o esófago y las enfermedades periodontales.
No es el primer estudio del equipo de Song respecto a esta relación: anteriormente descubrieron, enfocándose en el comportamiento de la microbiota de la cavidad bucal, que las personas que habían padecido alguna enfermedad dental tenían un 52% más posibilidades de padecer cáncer de estómago y un 43% más de padecer cáncer de esófago, y que las personas afectadas por la pérdida de una pieza dental aumentaban el riesgo de sufrir cáncer de estómago en un 33% y de esófago en un 42%.
También comprobaron que la alta inflamación sistémica ocasionada por la periodontitis también puede favorecer al desarrollo del cáncer.
Enfermedad del alzhéimer y enfermedad de las encías
Investigadores de la UCLan han señalado, una vez más, la relación entre la periodontitis y el alzhéimer.
Sus estudios, publicados en el Journal of Alzheimer’s Disease y el Journal of Alzheimer’s Disease Reports, indagan en cómo la enfermedad de las encías y sus proteínas bacterianas contribuyen a la formación de lesiones en el cerebro.
Mientras el primer estudio se centra en la proteína tau, alojada en las células nerviosas del cerebro y que, cuando se encuentra con la enzima gingipaína, adquiere la forma capaz de estimular la lesión que ataca a las células nerviosas, el segundo se centra en cómo la enzima gingipaína, liberada por la bacteria Porphyromonas gingivalis, contribuye a la formación de placas de beta amiloide, otra de las lesiones que se forman en el cerebro de los pacientes de alzhéimer.
En contraposición, también se ha observado que una proteína de la encía que combate a la bacteria P. gingivalis podría ayudar a prevenir el alzhéimer. Ha sido en un estudio dirigido por Antonio Nanci, investigador y profesor del Departamento de Estomatología de la Universidad de Montreal, y ha revelado que una proteína presente en el epitelio gingival puede tener propiedades antimicrobianas contra la Porphyromonas gingivalis, un patógeno clave en la enfermedad periodontal y cuya presencia puede derivar en enfermedades sistémicas o neurodegenerativas como el alzhéimer.
Otras relaciones de un organismo sano con la salud bucodental
Salud mental y salud bucodental
Otra importante faceta de nuestra salud ha sido vinculada a nuestra salud bucal por varios estudios: se trata de la salud mental, cuya correlación con la salud bucodental y un organismo sano se debe al increíble poder de nuestra mente sobre otros aspectos de nuestra vida, sobre todo en ámbito del autocuidado.
La salud bucodental tiene unas afecciones específicas en función del trastorno mental que sufra el paciente. Por ejemplo, mientras una persona deprimida tiende a descuidar su higiene de forma generalizada o incrementa el consumo de azúcar, las personas con ansiedad pueden ver disminuido su flujo salival, lo que suele derivar en enfermedad periodontal.
Otro de los factores que influyen en el desarrollo de problemas bucales son los golpes o accidentes, donde la rápida actuación es fundamental para mantener la vitalidad de los dientes afectados.
Conclusiones
El diagnóstico de la periodontitis puede ayudar a detectar con antelación una enfermedad crónica, y su tratamiento favorece la reducción de inflamaciones sistémicas, además de mejorar el control y aparición de otras enfermedades que impidan tener un organismo sano, como la diabetes.
Para llevar un control de la salud bucodental de la sociedad, la Organización Mundial de la Salud estableció el índice CPO-D, que mide la experiencia de caries a lo largo de toda la vida del individuo y cuyos resultados permiten establecer un registro estadístico en el que se comparan y observan las tendencias de la enfermedad a través del tiempo y en diferentes países o regiones.